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diciembre 4, 2025 9 min
El futuro del trabajo empieza en casa
En medio del debate sobre IA, automatización y nuevas habilidades, a menudo olvidamos algo esencial: el futuro profesional de muchos jóvenes se empieza a trazar en casa, mucho antes de su primer empleo.
En un momento en el que el mercado de trabajo cambia más deprisa que nuestra capacidad para entender lo que está sucediendo, hay una realidad que pasa fácilmente desapercibida, y es que los padres siguen siendo los principales orientadores profesionales de los jóvenes. Incluso cuando sus hijos llevan varios años trabajando.
Lo vimos en una encuesta que realizamos antes de verano en Future for Work Institute con la colaboración de Mazinn, en la que participaron más de 700 jóvenes de entre 18 y 29 años. Para el 75% de los jóvenes sin experiencia sus padres son la fuente de orientación profesional en la que más confían. Y esto sigue siendo así para el 58% de quienes llevan más de dos años trabajando.
Este hallazgo desafía la creencia bastante extendida de que para sus decisiones de carrera los jóvenes se apoyan principalmente en amigos y colegas o en fuentes digitales. Pero también pone en evidencia un riesgo: que la fuente de orientación laboral en que más confían los jóvenes esté desactualizada. Una brecha que podría estar ampliándose en un mundo que se transforma a velocidad de vértigo.
En cualquier caso, la cuestión no es si los padres deben orientar o no. Lo hacen, y lo seguirán haciendo. La pregunta es cómo podemos ayudarles a hacerlo mejor, ya que, si el futuro del trabajo empieza en casa, lo que ocurra en ese primer espacio va a condicionar mucho lo que pasa después.
La nueva frontera del trabajo
El mercado de trabajo global atraviesa una transformación profunda, impulsada por poderosas macrotendencias que están reconfigurando sectores enteros, ocupaciones y las habilidades que los empleadores demandan de sus trabajadores. En este escenario, la responsabilidad de cualquier persona que oriente a los jóvenes en sus decisiones profesionales es comprender y seguir de cerca estos cambios.
Como anticipan informes como el Future of Jobs Report 2025 del Foro Económico Mundial, tendencias como la aceleración tecnológica, la fragmentación geoeconómica, los cambios demográficos o la transición verde remodelarán el mundo del trabajo en los próximos años. Y entre esas tendencias, la inteligencia artificial y la automatización serán especialmente determinantes. Por ejemplo, en su informe Generative AI and the Future of Work in America (2023), McKinsey proyecta que, para 2030, podrían automatizarse el 30 % de las horas trabajadas en Estados Unidos, mientras que Goldman Sachs anticipa que hasta la mitad de los empleos actuales serán automatizables en 2045 como consecuencia de los avances en la IA generativa y la robótica. Aunque el impacto de la IA va más allá de la simple sustitución de empleos. También abre importantes oportunidades de aumento de capacidades y creación de valor…
El “terremoto de habilidades” de la IA
La rápida evolución tecnológica está acelerando cambios en las habilidades que demandan los empleadores a un ritmo sin precedentes. Competencias que hoy son relevantes pueden quedar obsoletas en apenas dos o tres años. Este ritmo vertiginoso exige una adaptación inmediata y proactiva, no solo de los trabajadores, sino también de educadores, empleadores, y de los padres.
El Global AI Jobs Barometer 2025 de PwC muestra que las habilidades que se requieren en los empleos más expuestos a la IA están cambiando un 66% más rápido que en el resto, el doble que hace un año, mientras que quienes poseen conocimientos en IA disfrutan de una prima salarial del 56%, frente al 25% en 2024.
Este escenario de obsolescencia acelerada e inflación salarial desafía las trayectorias profesionales lineales típicas del pasado. También explica que tres de cada cuatro empleadores valoren hoy las habilidades tanto o más que los títulos universitarios, impulsando así la expansión de fórmulas de aprendizaje alternativas como certificaciones sectoriales, microcredenciales o bootcamps.
En este contexto, el modelo clásico de orientación profesional, basado en una única decisión tomada a una edad temprana, simplemente ya no funciona. La preparación para la vida laboral debe entenderse como un proceso continuo. Y este proceso empieza en casa.
Pero en España nos damos de bruces con una realidad incómoda…
Sobrecualificación, prejuicios y elecciones de carrera desalineadas
En nuestro país nos enfrentamos a una anomalía estructural persistente: la mayor tasa de sobrecualificación de la Unión Europea. Aproximadamente uno de cada tres jóvenes con un título universitario realiza un trabajo que no requiere ese nivel de estudios. Y una parte de este problema puede tener que ver con la orientación que reciben en sus hogares.
El caso de la Formación Profesional es especialmente llamativo. Según el segundo Estudio sobre la percepción de la FP (CaixaBank Dualiza, 2022), el 77% de los padres cree que la sociedad española mantiene prejuicios hacia la FP. Pero cuando se les pregunta por sus propios prejuicios, solo el 23% reconoce tenerlos. Es decir, vemos el sesgo en los demás, pero no en nosotros mismos. El problema es que ese sesgo tiene consecuencias reales en forma de desajustes entre la oferta y la demanda del mercado de trabajo, y de frustración profesional para muchos jóvenes.
A esto debemos sumar la brecha de género vocacional que hace que, por ejemplo, entre los estudiantes de Matemáticas, la mayoría de los hombres desea trabajar en el sector tecnológico, mientras que la mayoría de las mujeres prefiere ser profesora. Y no es que la docencia sea una mala opción. El problema es que esas preferencias son modeladas por expectativas de género que las familias deberían poder moderar, en lugar de reforzar sin darse cuenta.
Estrategias para una orientación eficaz en los hogares
Dada la naturaleza cambiante del actual contexto laboral, es necesario proporcionar a los padres estrategias para ayudar a sus hijos a navegarlo, entendiendo que su papel no es predecir una única trayectoria profesional ideal, sino fomentar una mentalidad de crecimiento continuo, exploración y adaptabilidad.
Para empezar, la base de una buena orientación profesional está en ayudar a los jóvenes a conocerse a sí mismos. Los padres pueden estimular el autoconocimiento promoviendo la curiosidad y la exploración de diversas actividades, materias y aficiones: desde unirse a un club de robótica o hacer voluntariado en un refugio de animales a experimentar con la música u otras artes. Este enfoque refuerza el sentido de agencia personal y prepara a los jóvenes para la complejidad de las decisiones profesionales que deberán tomar en el futuro.
A esto podemos sumar el uso de herramientas de orientación profesional que, más allá de los intereses, evalúan aptitudes objetivas, habilidades innatas, valores y personalidad, y pueden ofrecer a nuestros hijos una visión más completa de sus fortalezas.
Y, como siempre, no debemos de olvidar los básicos. Nuestra influencia en la orientación profesional de nuestros hijos comienza por interesarnos, preguntar y escuchar, para lo cual las conversaciones informales son insustituibles.
Nuevas habilidades para una nueva era
Una vía a través de la que los padres pueden contribuir al futuro laboral de sus hijos es cultivando en ellos una serie de habilidades esenciales para un mundo profesional en constante evolución.
Pensamiento crítico y resolución de problemas
En primer lugar, pueden animar a sus hijos a cuestionar, analizar y evaluar la información de forma independiente, y a defender sus argumentos. Ofrecer oportunidades para resolver problemas y tomar decisiones, incluso en situaciones cotidianas. Y fomentar la lectura. Todo esto ayuda a desarrollar una base sólida de pensamiento crítico, clave para afrontar los desafíos de un entorno polarizado y confundido por una avalancha de información entre la que es difícil distinguir lo verdadero de lo falso.
Creatividad e innovación
Asimismo, los padres pueden fomentar un entorno familiar que promueva la exploración, la experimentación y la libre expresión de ideas. Participar en actividades creativas no solo estimula la innovación, sino que también despierta la curiosidad y la disposición a buscar soluciones no convencionales, un activo valioso en el cambiante panorama laboral de hoy en día.
Comunicación y colaboración
Los padres también pueden ayudar a sus hijos a desarrollar habilidades sólidas de comunicación, promoviendo la escucha activa, la expresión clara de ideas y la coherencia al comunicarse. Participar en proyectos en equipo o actividades grupales fortalece la colaboración, clave para desenvolverse en entornos laborales diversos.
Alfabetización digital y tecnológica
Igualmente es importante introducir a los niños en habilidades tecnológicas básicas como la programación, la robótica o los fundamentos de la IA. Comprender lo esencial de la tecnología no solo los prepara para el futuro digital, sino que también mejora su capacidad de resolución de problemas y pensamiento lógico.
Adaptabilidad y resiliencia
Por otro lado, los padres deberían tratar de transmitir a sus hijos la idea de que las habilidades se pueden desarrollar con dedicación y esfuerzo, fomentar la resiliencia ante los retos y una actitud positiva hacia el aprendizaje a partir de los errores. Exponer a los niños a experiencias variadas, desafíos y nuevos entornos fortalece su capacidad de adaptación y promueve una mentalidad resiliente que ve los obstáculos como oportunidades de crecimiento.
Aprendizaje a lo largo de la vida
Además, tienen la oportunidad (y la responsabilidad) de ayudar a sus hijos a comprender que la primera elección profesional no tiene por qué ser la definitiva, y que el crecimiento y el aprendizaje son procesos continuos. Fomentar el gusto por aprender. Complementar lo aprendido en las aulas con oportunidades para explorar intereses personales mediante plataformas educativas, bibliotecas o museos. Cuanto antes desarrollen curiosidad y confianza en el aprendizaje, mejor preparados estarán para afrontar decisiones complejas en la escuela y el trabajo.
Acelerar la conexión con la realidad laboral
Otra vía a través de la cual los padres pueden mejorar considerablemente la preparación profesional de sus hijos es facilitando un contacto temprano con el mundo real del trabajo.
Empezar pronto y mantener conversaciones continuas
Explorar el mundo profesional puede empezar con conversaciones cotidianas. Los padres pueden hablar sobre sus trabajos, explicar cómo adquirieron ciertas habilidades, qué aprendieron, qué les gustó o no de diferentes ocupaciones, y qué formación necesitaron.
Facilitar experiencias del mundo real
Animar a los hijos a “probar” distintas profesiones a través de voluntariados, prácticas o jornadas de acompañamiento en el trabajo (job shadowing). Estas experiencias prácticas son muy útiles para conocer la realidad de distintos empleos y desarrollar resiliencia y adaptabilidad. También pueden incluir visitas a centros de orientación universitaria o ferias de empleo.
Reforzar el valor de la escuela como “trabajo”
Transmitirles que la escuela es su “trabajo”, subrayando la importancia de la asistencia y el esfuerzo. Los padres también deben apoyar las iniciativas escolares que expongan al alumnado a distintas posibilidades profesionales, promoviendo actividades como ferias de orientación, excursiones o charlas con profesionales.
Fomentar la participación extracurricular
Otra pieza clave del desarrollo integral de los jóvenes es su participación en actividades fuera del aula. Estas actividades extracurriculares son fundamentales para desarrollar habilidades interpersonales y de liderazgo, cualidades que previsiblemente seguirán siendo muy valoradas por los empleadores del futuro.
Introducir la actualidad y el valor del networking
Asimismo, es positivo que los padres animen a sus hijos a seguir la actualidad y entender el mundo donde viven. Además, los padres pueden enseñarles el valor del networking presentándoles a personas con carreras interesantes y facilitando experiencias de observación o acompañamiento profesional.
La buena noticia es que los padres no están solos ante este complejo panorama.
Existe una amplia gama de recursos externos que pueden ayudarles mucho. Por ejemplo, ante la incertidumbre, los orientadores profesionales pueden aportar una visión objetiva y valiosa. En estos casos, es recomendable acudir a expertos acreditados que puedan ofrecer evaluaciones multidimensionales basadas en aptitudes, intereses, valores y personalidad. Estos profesionales proporcionan un marco confiable y un lenguaje común para hablar sobre fortalezas y caminos de futuro, además de acompañamiento continuo.
También hay diversas plataformas online que pueden apoyar a las familias. Herramientas como Morrisby (evaluaciones de aptitudes), CareerOneStop (inventarios de intereses y datos del mercado laboral) y Gladeo (historias y videos sobre carreras diversas) ofrecen una base accesible y confiable para iniciar conversaciones informadas con nuestros hijos sobre su futuro profesional.
Pero hace falta algo más…
Un esfuerzo colectivo
La profunda responsabilidad que recae sobre los padres exige un sólido sistema de apoyo por parte de las instituciones. Aunque los padres son la primera línea de orientación, no pueden (ni deberían) asumir esta responsabilidad en solitario. La sociedad se juega mucho dependiendo de cómo se prepare a los jóvenes para el futuro laboral. Ahí es donde escuelas, empleadores y legisladores deben intervenir.
Instituciones de enseñanza: ¿Cómo pueden colaborar con los padres?
Las escuelas desempeñan un papel fundamental en el desarrollo profesional de los jóvenes, y su colaboración con los padres es esencial, pudiendo apoyarles de muy diversas maneras:
Integrando el desarrollo profesional en el currículo académico
Los consejeros escolares ofrecen programas que impulsan el desarrollo académico, profesional y socioemocional de los estudiantes. Su labor incluye ayudarles a entender la conexión entre lo que aprenden en la escuela y el mundo laboral, orientarles en la planificación de estudios más allá de la enseñanza obligatoria y apoyarles en la adquisición de habilidades clave para su futuro profesional, fomentando su motivación y una vinculación más sólida con el mundo real.
Ofreciendo servicios integrales de orientación profesional
Las escuelas también deberían proporcionar una amplia gama de recursos y oportunidades, incluyendo asesoría profesional individualizada, talleres sobre planificación de carreras, elaboración de currículums, estrategias de búsqueda de empleo y simulaciones de entrevistas. Los servicios universitarios de carrera, por ejemplo, ofrecen asistencia para ayudar a los estudiantes a aclarar su dirección profesional, conectarse con empleadores a través de ferias de empleo y acceder a una diversidad de recursos para la toma de decisiones profesionales.
Facilitando el aprendizaje basado en el trabajo
Asimismo, las escuelas pueden implementar programas de enseñanza dual que ofrecen prácticas y empleos combinados con formación en habilidades críticas para el lugar de trabajo. Estos programas ayudan a los estudiantes a elegir trayectorias profesionales basadas en intereses y aptitudes, a prepararse para el mundo laboral, y a desarrollar habilidades esenciales como actitudes orientadas al trabajo, alfabetización financiera y toma de decisiones profesionales.
Involucrando más a los padres…
Además, las escuelas deberían educar proactivamente a las familias sobre los recursos de preparación profesional disponibles, como oportunidades de prácticas, etc., para asegurar que los padres estén informados y puedan contribuir a estos esfuerzos. También pueden proporcionar talleres que empoderan a los padres con herramientas y recursos para guiar efectivamente a sus hijos sobre temas como la planificación universitaria, las tendencias del mercado laboral o habilidades digitales básicas. Como también pueden invitarles a que compartan sus conocimientos y experiencias del mundo real, sus trayectorias profesionales como mentores o a dirigir talleres sobre habilidades relevantes.
El rol de los empleadores
Por su parte, los empleadores también pueden jugar un papel activo como aliados de los padres en el desarrollo profesional de los jóvenes. Por ejemplo…
Ofreciendo programas dirigidos a jóvenes
Algunas empresas diseñan completos programas para estudiantes y primeras etapas de carrera, que incluyen prácticas para alumnos de secundaria, empleos vinculados a programas de formación profesional, prácticas universitarias y programas de aprendizaje. Estas iniciativas permiten a los jóvenes desarrollar habilidades técnicas, liderazgo y trabajo en equipo, adquirir experiencia práctica y aprender mientras ganan un sueldo en sectores de alta demanda.
Estableciendo colaboraciones estratégicas con instituciones educativas
Esto implica participar activamente en el diseño de los planes de estudio de institutos y universidades para garantizar que los programas formativos respondan a las competencias y habilidades que necesitan las empresas. De hecho, las estrategias de formación sectoriales diseñadas con la participación de empleadores han demostrado ofrecer mejores resultados en términos de empleabilidad e ingresos para los participantes.
Manteniendo una interacción directa con estudiantes
Los empleadores pueden organizar ferias de empleo, participar en actividades escolares y ofrecer sesiones informativas para dar a conocer su empresa, los empleos disponibles y los calendarios de contratación. Estos eventos brindan oportunidades valiosas para que los estudiantes se conecten directamente con reclutadores, amplíen su red de contactos y obtengan información sobre la cultura corporativa y las trayectorias profesionales en distintas empresas.
Ayudando a sus empleados a desarrollar criterio para orientar a sus hijos
Esto incluye ofrecer a los trabajadores sesiones donde se les expliquen tendencias laborales y habilidades emergentes, crear espacios de diálogo intergeneracional que aporten perspectivas actualizadas, promover talleres sobre cómo acompañar decisiones educativas sin proyectar expectativas propias, y abrir las puertas de la organización para que los padres conozcan de primera mano diferentes roles y trayectorias profesionales. Estas iniciativas fortalecen su capacidad de acompañamiento y refuerzan el compromiso de la empresa con el desarrollo del talento presente y futuro.
El papel de los gobiernos en la configuración del ecosistema
Por último, los gobiernos y las administraciones públicas pueden desempeñar un papel clave creando marcos normativos que favorezcan la orientación profesional, fortaleciendo los sistemas públicos de acompañamiento y promoviendo la colaboración entre los diferentes actores implicados. Por ejemplo…
Marcos normativos para el empleo juvenil
Los gobiernos pueden implementar iniciativas integrales para combatir el desempleo y la inactividad juvenil, como la “Garantía Juvenil de la UE”, diseñada con el objetivo de que todos los jóvenes (de entre 15 y 29 años) reciban una oferta de empleo de calidad, formación profesional inicial, educación continua o un período de prácticas en un plazo de cuatro meses tras finalizar sus estudios o quedar desempleados.
Inversión en habilidades y orientación profesional
Los gobiernos también deben invertir en programas estructurados de educación profesional, centros de orientación laboral y servicios públicos de empleo. Estas iniciativas buscan empoderar a las personas y sus familias mediante el desarrollo de competencias para la gestión de carreras, el acceso libre y accesible a información sobre oportunidades sociales y económicas, y el fortalecimiento de la resiliencia ante trayectorias profesionales cada vez más inciertas y moldeadas por factores fuera del control individual.
Fomento de alianzas entre múltiples actores
Los gobiernos pueden actuar como catalizadores, promoviendo alianzas entre instituciones educativas, empresas y otros actores. Estas colaboraciones son esenciales para diseñar e implementar sistemas integrales de “trayectorias profesionales” que alineen la educación con las necesidades del mercado laboral. Dichos sistemas identifican sectores estratégicos, involucran a los empleadores en el diseño de los currículos académicos y ofrecen programas de formación y educación integrados.
Herramientas y recursos digitales
Por último, las administraciones pueden asesorar y facilitar el acceso a herramientas digitales que mejoren la orientación profesional de los jóvenes. En esta línea, iniciativas como el “Observatorio sobre Tecnologías Digitales en la Orientación Profesional para Jóvenes” (ODiCY) de la OCDE recopilan herramientas digitales, como pruebas de autoevaluación, módulos de orientación en realidad virtual y programas de experiencias laborales virtuales.
Un compromiso compartido con las generaciones del futuro
Resumiendo, el papel significativo y duradero de los padres como los principales orientadores profesionales de los jóvenes que evidencia nuestro Pulso Jóvenes y Trabajo refleja una profunda confianza en el seno de las familias, pero también nos enfrenta con un gran desafío: Muchos padres pueden carecer de las herramientas y del conocimiento necesario para guiar a sus hijos en un mercado laboral que cambia rápidamente.
El mundo del trabajo actual está marcado por una acelerada transformación tecnológica, cambios en las demandas de habilidades y nuevos modelos de empleo. Las tradicionales trayectorias profesionales unidireccionales están dando paso a caminos dinámicos y no lineales. Preparar a los jóvenes para navegar esta complejidad requiere un esfuerzo coordinado entre múltiples actores.
Armados con estrategias modernas de orientación que promuevan el autoconocimiento, el desarrollo de habilidades para el futuro y el contacto con experiencias del mundo real, los padres pueden seguir siendo los guías fundamentales de las carreras de sus hijos. Pero necesitan apoyo. Las escuelas deben integrar el desarrollo profesional en el currículo y colaborar activamente con las familias. Los empleadores deben ampliar sus programas dirigidos a jóvenes (como becas o prácticas), apoyar a sus empleados con hijos, y trabajar con los educadores para alinear la formación con las necesidades laborales emergentes. Los gobiernos, por su parte, tienen un papel clave invirtiendo en sistemas de orientación, diseñando políticas de apoyo y promoviendo la colaboración entre diferentes actores.
Desde el entorno familiar hasta los responsables políticos, es necesario un esfuerzo colectivo para formar una generación que no solo esté cualificada, sino que también sea adaptable, resiliente y comprometida con el aprendizaje permanente en un mundo en constante cambio. Nos encontramos en un momento decisivo, y padres, escuelas, empleadores y gobiernos deben actuar con decisión y urgencia para evitar que la juventud de hoy se convierta en la generación perdida de mañana.
Porque el futuro del trabajo no se escribe solo en despachos, fábricas o algoritmos: empieza, silencioso, en la mesa del comedor.
Referencias
Caixabank Dualiza (2022). II Estudio sobre la percepción de la Formación Profesional de madres y padres.
Ellingrud, K., Sanghvi, S., Madgavkar, A., Dandona, G. S., Chui, M., White, O., & Hasebe, P. (2023). Generative AI and the future of work in America.
Future for Work Institute & Mazinn. (2025). Pulso jóvenes y trabajo.
PwC. (2025). PwC 2025 Global AI Jobs Barometer.
World Economic Forum. (2025). Future of Jobs Report.
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Foto de Szilvia Basso en Unsplash
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